martes, 9 de mayo de 2023

LITURGIA DE LAS HORAS - TERCIA



TIEMPO PASCUAL
MIÉRCOLES DE SEMANA V
Propio del Tiempo. Salterio I

10 de mayo

HORA TERCIA

INVOCACIÓN INICIAL

V. Dios mío, ven en mi auxilio
R. Señor, date prisa en socorrerme. Gloria al Padre, y al Hijo, y al Espíritu Santo.
Como era en el principio, ahora y siempre, por los siglos de los siglos. Amén. Aleluya.

Himno: AL SEÑOR CONFESAMOS, ¡ALELUYA!

Al Señor confesamos, ¡aleluya!
En la hora de tercia a la mañana
se llenaron los suyos de esperanza,
y lejos de la noche y de la duda
salieron con la llama y la palabra.

Al Señor adoramos, ¡aleluya!
Han marcado sus pies nuestros caminos,
marcó su nombre el nombre de los siglos,
y en la tierra su voz cual voz ninguna
convoca seguidores y testigos.

Al Señor esperamos, ¡aleluya!
Y ahora celebramos al Viviente,
a Jesús victorioso de la muerte;
acéptanos, oh Cristo, cual liturgia
de gloria que ganaste y a ti vuelve. Amén.

SALMODIA

Ant 1. Aleluya, aleluya, aleluya.

Salmo 118, 9-16

¿Cómo podrá un joven andar honestamente?
Cumpliendo tus palabras.
Te busco de todo corazón,
no consientas que me desvíe de tus mandamientos.
En mi corazón escondo tus consignas,
así no pecaré contra ti.

Bendito eres, Señor,
enséñame tus leyes.
Mis labios van enumerando
los mandamientos de tu boca;
mi alegría es el camino de tus preceptos,
más que todas las riquezas.

Medito tus decretos,
y me fijo en tus sendas;
tu voluntad es mi delicia,
no olvidaré tus palabras.

Gloria al Padre, y al Hijo, y al Espíritu Santo.
Como era en el principio, ahora y siempre, por los siglos de los siglos. Amén.

Salmo 16 I - DIOS, ESPERANZA DEL INOCENTE PERSEGUIDO

Señor, escucha mi apelación,
atiende a mis clamores,
presta oído a mi súplica,
que en mis labios no hay engaño:
emane de ti la sentencia,
miren tus ojos la rectitud.

Aunque sondees mi corazón,
visitándolo de noche,
aunque me pruebes al fuego,
no encontrarás malicia en mí.

Mi boca no ha faltado
como suelen los hombres;
según tus mandatos yo me he mantenido
en la senda establecida.
Mis pies estuvieron firmes en tus caminos,
y no vacilaron mis pasos.

Yo te invoco porque tú me respondes, Dios mío;
inclina el oído y escucha mis palabras.
Muestra las maravillas de tu misericordia,
tú que salvas de los adversarios
a quien se refugia a tu derecha.

Guárdame como a las niñas de tus ojos,
a la sombra de tus alas escóndeme
de los malvados que me asaltan,
del enemigo mortal que me cerca.

Gloria al Padre, y al Hijo, y al Espíritu Santo.
Como era en el principio, ahora y siempre, por los siglos de los siglos. Amén.

Salmo 16 II

Han cerrado sus entrañas
y hablan con boca arrogante;
ya me rodean sus pasos,
se hacen guiños para derribarme,
como un león ávido de presa,
como un cachorro agazapado en su escondrijo.

Levántate, Señor, hazle frente, doblégalo,
que tu espada me libre del malvado,
y tu mano, Señor, de los mortales;
mortales de este mundo: sea su lote esta vida;
de tu despensa les llenarás el vientre,
se saciarán sus hijos
y dejarán a sus pequeños lo que sobra.

Pero yo con mi apelación vengo a tu presencia,
y al despertar me saciaré de tu semblante.

Gloria al Padre, y al Hijo, y al Espíritu Santo.
Como era en el principio, ahora y siempre, por los siglos de los siglos. Amén.

Ant. Aleluya, aleluya, aleluya.

LECTURA BREVE   Cf. Rm 4, 24-25

Creemos en aquel que resucitó de entre los muertos a Jesús, nuestro Señor, que fue entregado a la muerte por nuestros pecados, y resucitado para nuestra justificación.

V. Verdaderamente ha resucitado el Señor. Aleluya.
R. Y se ha aparecido a Simón. Aleluya.

ORACIÓN

OREMOS,
Dios nuestro, que amas la inocencia y la restituyes a quien la ha perdido, dirige hacia ti los corazones de tus hijos, para que vivan siempre a la luz de la verdad los que han sido librados por ti de las tinieblas del error. Por Cristo nuestro Señor.
Amén.

CONCLUSIÓN

V. Bendigamos al Señor.
R. Demos gracias a Dios.

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