martes, 6 de octubre de 2020



NUESTRA SEÑORA DEL ROSARIO. (MEMORIA)

    Esta conmemoración fue instituida por el papa san Pío V en el día aniversario de la victoria obtenida por los cristianos en la batalla naval de Lepanto (1571), victoria atribuida a la Madre de Dios, invocada por la oración del rosario. La celebración de este día es una invitación para todos a meditar los misterios de Cristo, en compañía de la Virgen María, que estuvo asociada de un modo especialísimo a la encarnación, la pasión y la gloria de la resurrección del Hijo de Dios.

LITURGIA DE LAS HORAS - OFICIO DE LECTURA



TIEMPO ORDINARIO
MIÉRCOLES DE LA SEMANA XXVII
Del Común de la Santísima Virgen María.

7 de octubre

NUESTRA SEÑORA DEL ROSARIO. (MEMORIA)

OFICIO DE LECTURA

LITURGIA DE LAS HORAS - LAUDES

 



TIEMPO ORDINARIO

MIÉRCOLES DE LA SEMANA XXVII
Del Común de la Santísima Virgen María.

7 de octubre

NUESTRA SEÑORA DEL ROSARIO. (MEMORIA)

LAUDES
(Oración de la mañana)

LITURGIA DE LAS HORAS - TERCIA


TIEMPO ORDINARIO
MIÉRCOLES DE LA SEMANA XXVII
Del Común de la Santísima Virgen María.

7 de octubre

NUESTRA SEÑORA DEL ROSARIO. (MEMORIA)

HORA TERCIA

LITURGIA DE LAS HORAS - SEXTA



TIEMPO ORDINARIO
MIÉRCOLES DE LA SEMANA XXVII
Del Común de la Santísima Virgen María.

7 de octubre

NUESTRA SEÑORA DEL ROSARIO. (MEMORIA)

 HORA SEXTA

LITURGIA DE LAS HORAS - NONA



TIEMPO ORDINARIO
MIÉRCOLES DE LA SEMANA XXVII
Del Común de la Santísima Virgen María.

7 de octubre

NUESTRA SEÑORA DEL ROSARIO. (MEMORIA)

HORA NONA

LITURGIA DE LAS HORAS - VÍSPERAS



TIEMPO ORDINARIO
MIÉRCOLES DE LA SEMANA XXVII
Del Común de la Santísima Virgen María.

7 de octubre

NUESTRA SEÑORA DEL ROSARIO. (MEMORIA)

VÍSPERAS
(Oración de la tarde)

LITURGIA DE LAS HORAS - COMPLETAS



TIEMPO ORDINARIO
MIÉRCOLES DE LA SEMANA XXVII
Del Común de la Santísima Virgen María.

7 de octubre

NUESTRA SEÑORA DEL ROSARIO. (MEMORIA)

COMPLETAS
(Oración antes del descanso nocturno)

CATEQUESIS SOBRE EL REZO DE LA LITURGIA DE LAS HORAS - PARTE 9


    "Suba mi oración como ofrenda de la tarde"

 Las Vísperas, oración del atardecer

    Las Vísperas constituyen la oración de la tarde, o, más propiamente, del atardecer, cuando ya declina el día. La celebración vespertina del Oficio Divino tiene un sentido ante todo de acción de gracias a Dios. Si los Laudes suponían una ofrenda a Dios del día que comenzaba y trabajo que íbamos a realizar en él, las Vísperas se elevan a Dios en acción de gracias por todos los dones que el Señor nos ha concedido a lo largo del día, sabiendo que lo que hemos podido realizar lo hemos hecho con su ayuda.

    En Laudes, además, el simbolismo de la luz matutina nos ayudaba a expresar la resurrección del Señor, fundamento de la vida nueva que estamos llamados a vivir a lo largo de toda la jornada. Las Vísperas, por su parte, hacen memoria de la Redención: el sacrificio de Cristo en la cruz ha supuesto para nosotros el perdón de los pecados y la participación en la misma viva de Dios, que nos ha hecho hijos en el Hijo. Esta memoria de la redención se hace en las Vísperas mediante la oración.

    En el Antiguo Testamento la oración de la tarde tiene mucha importancia. El judío piadoso, como nos recuerdan los salmos, se une a la oración del Templo de Jerusalén, para que su oración suba a Dios como ese incienso que allí se ofrece: "el alzar de mis manos suba a ti como el incienso de la tarde".

    Este simbolismo de la oración de la tarde lo vemos cumplido, como hemos dicho, en la ofrenda de Cristo en la cruz, donde Él alzó las manos por la salvación del mundo, como fue anunciado por Jesús a sus discípulos la tarde anterior, cuando instituyó la Eucaristía como memorial de su sacrificio.

    La Iglesia ha orado desde el principio en acción de gracias por la tarde. Tanto es así que el himno más antiguo que conservamos, datable en el siglo I de nuestra era, es un canto vespertino, que, al introducir en la asamblea la luz, necesaria para desarrollar la celebración, se da cuenta de que esa luz simboliza a Cristo mismo, y a Él canta con gozo, dándole gracias: "Oh luz gozosa de la santa gloria del Padre celeste inmortal, santo y feliz Jesucristo. Al llegar el ocaso del sol, contemplando la luz de la tarde, cantamos al Padre y al Hijo y al Espíritu de Dios. Tú eres digno de ser alabado siempre por santas voces. Hijo de Dios, que nos diste la vida, el mundo entero te glorificará". A todos nos suena la letra, porque lo hemos cantado muchas veces con la música que le puso el músico francés Lucien Deiss.

    Respecto a la estructura de la celebración, es muy similar a Laudes, con la salvedad de que lo que en Laudes está tomado del Antiguo Testamento en Vísperas está tomado del Nuevo, como queriendo expresar el cumplimiento del designio amoroso de Dios en Jesucristo.

    Los dos primeros salmos son apropiados para esa acción de gracias que es lo fundamental en Vísperas. Puede ser también un salmo dividido en dos. El cántico ocupa el tercer lugar en la salmodia, y está tomado de las cartas del Nuevo Testamento. El cántico evangélico es el Magnificat, donde la Virgen María expresa esa acción gracias por la obra de Dios.


Fuente: diocesisdecartagena.org