TIEMPO ORDINARIO
LUNES DE LA SEMANA XXVIII
Del Común de la Santísima Virgen María.
12 de octubre
NUESTRA SEÑORA DEL PILAR (MEMORIA)
INVITATORIO
Si ésta es la primera oración del día:
V. Señor abre mis labios
R. Y mi boca proclamará tu alabanza
Se añade el Salmo del Invitatorio con la siguiente antífona:
Ant. Venid, adoremos a Cristo, Hijo de María Virgen.
Si antes se ha rezado ya alguna otra Hora:
V. Dios mío, ven en mi auxilio
R. Señor, date prisa en socorrerme. Gloria al Padre, y al Hijo, y al Espíritu Santo.
Como era en el principio, ahora y siempre, por los siglos de los siglos. Amén. Aleluya.
Himno: LUCERO DE LA MAÑANA
Lucero de la mañana,
norte que muestra el camino,
cuando turba de continuo
nuestro mar la tramontana.
Quien tanta grandeza explica
sin alas puede volar,
porque no podrá alabar
a la que es más santa y rica.
Sois pastora de tal suerte,
que aseguráis los rebaños
de mortandades y daños,
dando al lobo cruda muerte.
Dais vida a quien se os aplica,
y en los cielos y en la tierra
libráis las almas de guerra,
como poderosa y rica.
Si vuestro ejemplo tomasen
las pastoras y pastores,
yo fío que de dolores
para siempre se librasen.
Tanto Dios se os comunica,
que sin fin os alabamos,
y más cuando os contemplamos
en el mundo la más rica. Amén
SALMODIA
Ant 1. Que bueno es el Dios de Israel para los justos.
Salmo 72 I - POR QUÉ SUFRE EL JUSTO
¡Qué bueno es Dios para el justo,
el Señor para los limpios de corazón!
Pero yo por poco doy un mal paso,
casi resbalaron mis pisadas:
porque envidiaba a los perversos,
viendo prosperar a los malvados.
Para ellos no hay sinsabores,
están sanos y engreídos;
no pasan las fatigas humanas
ni sufren como los demás.
Por eso su collar es el orgullo,
y los cubre un vestido de violencia;
de las carnes les rezuma la maldad,
el corazón les rebosa de malas ideas.
Insultan y hablan mal,
y desde lo alto amenazan con la opresión.
Su boca se atreve con el cielo,
y su lengua recorre la tierra.
Por eso mi pueblo se vuelve a ellos
y se bebe sus palabras.
Ellos dicen: «¿Es que Dios lo va a saber,
se va a enterar el Altísimo?»
Así son los malvados:
siempre seguros, acumulan riquezas.
Gloria al Padre, y al Hijo, y al Espíritu Santo.
Como era en el principio, ahora y siempre, por los siglos de los siglos. Amén.
Ant. Que bueno es el Dios de Israel para los justos.
Ant 2. Su risa se convertirá en llanto, y su alegría en tristeza.
Salmo 72 II
Entonces, ¿para qué he limpiado yo mi corazón
y he lavado en la inocencia mis manos?
¿Para qué aguanto yo todo el día
y me corrijo cada mañana?
Si yo dijera: «Voy a hablar como ellos»,
renegaría de la estirpe de tus hijos.
Meditaba yo para entenderlo,
pero me resultaba muy difícil;
hasta que entré en el misterio de Dios,
y comprendí el destino de ellos.
Es verdad: los pones en el resbaladero,
los precipitas en la ruina;
en un momento causan horror,
y acaban consumidos de espanto.
Como un sueño al despertar, Señor,
al despertarte desprecias sus sombras.
Gloria al Padre, y al Hijo, y al Espíritu Santo.
Como era en el principio, ahora y siempre, por los siglos de los siglos. Amén.
Ant. Su risa se convertirá en llanto, y su alegría en tristeza.
Ant 3. Para mí lo bueno es estar junto a Dios, pues los que se alejan de ti se pierden.
Salmo 72 III
Cuando mi corazón se agriaba
y me punzaba mi interior,
yo era un necio y un ignorante,
yo era un animal ante ti.
Pero yo siempre estaré contigo,
tú tomas mi mano derecha,
me guías según tus planes,
y me llevas a un destino glorioso.
¿No te tengo a ti en el cielo?;
y contigo, ¿qué me importa la tierra?
Se consumen mi corazón y mi carne
por Dios, mi herencia eterna.
Sí: los que se alejan de ti se pierden;
tú destruyes a los que te son infieles.
Para mí lo bueno es estar junto a Dios,
hacer del Señor mi refugio,
y proclamar todas tus acciones
en las puertas de Sión.
Gloria al Padre, y al Hijo, y al Espíritu Santo.
Como era en el principio, ahora y siempre, por los siglos de los siglos. Amén.
Ant. Para mí lo bueno es estar junto a Dios, pues los que se alejan de ti se pierden.
V. Qué dulce al paladar tu promesa, Señor.
R. Más que miel en la boca.
PRIMERA LECTURA
Del libro de Ben Sirá 11, 12-28
PONGAMOS SÓLO EN DIOS NUESTRA CONFIANZA
Suele haber alguien que es débil, necesitado de apoyo, falto de bienes y sobrado de pobreza, pero el Señor se fija en él para hacerle bien y lo levanta del polvo, le hace levantar la cabeza y muchos se asombran al verlo.
Bien y mal, vida y muerte, pobreza y riqueza, todo viene del Señor; el don del Señor es para el justo, y su favor le asegura el éxito.
Hay quien se hace rico a fuerza de afanes y avaricia, y se cree con esto ya bien pagado. Y dice para sí: «Ahora puedo descansar; ahora comeré de mis rentas.» Pero no sabe cuánto tiempo le queda para morir y dejar a otros todo lo suyo.
Hijo mío, cumple tu deber, ocúpate de él, envejece en tu tarea; no admires las acciones del perverso, espera en el Señor y aguarda su luz; porque es cosa fácil para el Señor enriquecer en un instante al pobre.
La bendición del Señor es la recompensa del justo, y a su tiempo florece su esperanza.
No digas: «He despachado mis asuntos y, ahora, ¿qué puede ya hacerme falta?» No digas: «Ya tengo bastante, ¿qué mal me puede suceder?» En el día dichoso se olvida la desgracia, en el día desgraciado se olvida la dicha. Fácil es para Dios, a la hora de la muerte, pagar al hombre su conducta.
Un mal momento hace olvidar de los placeres.
Cuando llega el fin del hombre, se revela su historia. Antes del fin, no declares feliz a nadie: su desenlace mostrará si es dichoso; pues sólo a su término es conocido el hombre.
RESPONSORIO Sir 11, 19. 20; Lc 12, 17. 18
R. Cuando el rico dice para sí: «Ahora puedo descansar; ahora comeré de mis rentas», * no sabe cuánto tiempo le queda para morir y dejar a otros todo lo suyo.
V. Piensa el rico para sí: «Derribaré mis graneros para hacer otros más grandes, y almacenaré allí todos mis bienes.»
R. No sabe cuánto tiempo le queda para morir y dejar a otros todo lo suyo.
SEGUNDA LECTURA
Elogio de la Virgen del Pilar
(Autor Anónimo)
EL PILAR, LUGAR PRIVILEGIADO DE ORACIÓN Y DE GRACIA
Según una piadosa y antigua tradición, ya desde los albores de su conversión, los primitivos cristianos levantaron una ermita en honor de la Virgen María, a las orillas del Ebro, en la ciudad de Zaragoza. La primitiva y pequeña capilla, con el correr de los siglos, se ha convertido hoy en una basílica grandiosa que acoge, como centro vivo y permanente de peregrinaciones, a innumerables fieles que, desde todas las partes del mundo, vienen a rezar a la Virgen y a venerar su Pilar.
La advocación de nuestra Señora del Pilar ha sido objeto de un especial culto por parte de los españoles: difícilmente podrá encontrarse en el amplio territorio patrio un pueblo que no guarde con amor la pequeña imagen sobre la santa columna. Muchas instituciones la veneran también como patrona.
Muy por encima de milagros espectaculares, de manifestaciones clamorosas y de organizaciones masivas, la virgen del Pilar es invocada como refugio de pecadores, consoladora de los afligidos, madre de España. Su quehacer es, sobre todo, espiritual. Y su basílica en Zaragoza es un lugar privilegiado de oración, donde sopla con fuerza el Espíritu.
La devoción al Pilar tiene una gran repercusión en Iberoamérica, cuyas naciones celebran la fiesta del descubrimiento de su continente el doce de octubre, es decir, el mismo día del Pilar. Como prueba de su devoción a la Virgen, los numerosos mantos que cubren la sagrada imagen y las banderas que hacen guardia de honor a la Señora ante su santa capilla testimonian la vinculación fraterna que Iberoamérica tiene, por el Pilar, con la patria española.
Abierta la basílica durante todo el día, jamás faltan fieles que llegan al Pilar en busca de reconciliación, gracia y diálogo con Dios.
RESPONSORIO Sal 71, 6. 19; Ap 21, 3
R. Que baje como lluvia sobre el césped. * Que la gloria de Dios llene la tierra.
V. Esta es la morada de Dios con los hombres, y acampará entre ellos; ellos serán su pueblo y Dios estará con ellos.
R. Que la gloria de Dios llene la tierra.
ORACIÓN.
OREMOS,
Dios todopoderoso y eterno, que en la gloriosa Madre de tu Hijo has concedido un amparo celestial a cuantos la invocan con la secular advocación del Pilar, concédenos, por su intercesión, fortaleza en la fe, seguridad en la esperanza y constancia en el amor. Por nuestro Señor Jesucristo, tu Hijo, que vive y reina contigo en la unidad del Espíritu Santo y es Dios, por los siglos de los siglos.
Amén
CONCLUSIÓN
V. Bendigamos al Señor.
R. Demos gracias a Dios.
No hay comentarios:
Publicar un comentario