Conocida como Solemnidad del Santísimo Cuerpo y Sangre de Cristo, esta fiesta honra a Jesucristo, verdadera y realmente presente substancialmente bajo las apariencias del pan y del vino. Esa Presencia ocurre gracias a un cambio que la Iglesia llama transubstanciación (cambio de sustancia), en el momento en que el sacerdote, durante la Consagración en la Misa, dice las palabras que el mismo Cristo pronunció sobre el pan y el vino: “Este es Mi Cuerpo”, “Esta es Mi Sangre”, “Hagan esto en memoria Mía”. En muchos países, por razones pastorales, la fecha se traslada al domingo consecutivo. Este 2024, será el jueves 30 de mayo, y, donde corresponda, el 2 de junio.
sábado, 1 de junio de 2024
LITURGIA DE LAS HORAS - OFICIO DE LECTURA
TIEMPO ORDINARIO
LITURGIA DE LAS HORAS - LAUDES
TIEMPO ORDINARIO
LITURGIA DE LAS HORAS - TERCIA
TIEMPO ORDINARIO
LITURGIA DE LAS HORAS - SEXTA
TIEMPO ORDINARIO
LITURGIA DE LAS HORAS - NONA
TIEMPO ORDINARIO
LITURGIA DE LAS HORAS - VÍSPERAS
TIEMPO ORDINARIO
LITURGIA DE LAS HORAS - COMPLETAS
TIEMPO ORDINARIO
viernes, 31 de mayo de 2024
Justino, filósofo y mártir, nació a principios del siglo II en Flavia Neápolis (Nablus), la antigua Siquem, en Samaria, de familia pagana. Una vez convertido a la fe, escribió profusamente en defensa de la religión, aunque sólo se conservan de él dos «Apologías» y el «Diálogo con Trifón». Abrió una escuela en Roma, en la que sostuvo públicas disputas. Sufrió el martirio, junto con sus compañeros, en tiempos de Marco Aurelio, hacia el año 165.
LITURGIA DE LAS HORAS - OFICIO DE LECTURA
TIEMPO ORDINARIO
LITURGIA DE LAS HORAS - LAUDES
TIEMPO ORDINARIO
LITURGIA DE LAS HORAS - VÍSPERAS
TIEMPO ORDINARIO
LITURGIA DE LAS HORAS - COMPLETAS
TIEMPO ORDINARIO
jueves, 30 de mayo de 2024
En aquellos días, se puso en camino María y se fue con prontitud a la región montañosa, a una ciudad de Judá; entró en casa de Zacarías y saludó a Isabel. En cuanto oyó Isabel el saludo de María, saltó de gozo el niño en su seno, Isabel quedó llena de Espíritu Santo y exclamó a gritos: «Bendita tú entre las mujeres y bendito el fruto de tu seno; y ¿de dónde a mí que venga a verme la madre de mi Señor? Porque apenas llegó a mis oídos la voz de tu saludo, saltó de gozo el niño en mi seno. ¡Feliz la que ha creído que se cumplirían las cosas que le fueron dichas de parte del Señor!.» (Lc 1, 40-45)